sábado, 6 de junio de 2015

4. Leche frita



A fuer de sincero hemos de reconocer que la construcción leche frita (dicha con entonación exclamativa, ¡leche frita!) parece puede recordarnos el exabrupto o salida de tono vociferado por alguien muy enfadado o que, simplemente, ha perdido la paciencia. No sería la primera vez que la palabra ¡leche! es utilizada para expresar que se tiene un humor de mala ídem.

En este caso hemos de comentar que trata del nombre de un postre exquisito en el que su ingrediente principal, la leche, termina frita en una sartén de aceite hirviendo. Incluso el diccionario, tan reacio a dar recetas que aclaren los vocablos gastronómicos, hace una excepción y transcribe el proceso básico de la elaboración de la leche frita: "Masa espesa, hecha con harina cocida con leche, que, después de fría, se parte en trozos cuadrados, y rebozada en harina y huevo, se fríe."

Esta presunta flor de sartén tiene todas las trazas de no ser creación andaluza, pues más bien parece oriunda de tierras leonesas. Una de las más antiguas recetas que hemos encontrado la localiza en Palencia, pero no se ha de entrar en polémicas ni obsesionarse con tiquismiquis de tuya o mía: las fronteras gastronómicas son imposibles de fijar y hablar de gastronomía malagueña o andaluza es ponerle puertas al tiempo y al gusto.

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